Segunda parada del viaje: La Soledad
Esa palabra que asusta y que gusta. La soledad elegida versus obligada. La soledad buscada versus encontrada. La soledad nos puede llevar a un largo abismo hacia afuera o hacia un profundo camino hacia el interior. Evidentemente dependerá de cómo seamos capaces de interpretar la situación, así será nuestra disposición para afrontar y/o disfrutar de la soledad.
Sin duda es una gran oportunidad para conocerse, para aclararse estados emocionales, para aprender a disfrutarse, para valorar el silencio interior del que se aprende, para tener la opción de escuchar lo que verdaderamente queremos, de tomar decisiones por uno mismo y respecto al presente y futuro según las apetencias verdaderas, se puede convertir en un momento único de introspección, y una fuente de autoestima.
Vamos a quitarle el terror a la palabra soledad y vamos a igualarla a la palabra OPORTUNIDAD.
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